Las sillas de ruedas son elementos importantes para las personas con alguna discapacidad permanente o temporal. Según sea el caso, las personas pueden escoger entre las sillas manuales, o las sillas de ruedas eléctricas portátiles. La selección tiene implicaciones de decisión importantes que recaen en las facultades y limitaciones del paciente.
Costos, asistencia e independencia
Para saber escoger entre una sillas manuales y sillas de ruedas eléctricas portátiles, hay que analizar las características del paciente. La primera de estas características es la persistencia de la enfermedad. Un paciente con una enfermedad curable o en proceso de recuperación, debería decantarse por la silla manual.
Pues además de su menor coste, se trata de un recurso que no volverá a ser usado luego de su recuperación, y que, generalmente, esta clase de pacientes necesitan asistencia, es decir, una persona que se asegure de que tiene lo que necesita y que no haga lo que no debe hacer para una correcta recuperación.
Las personas con enfermedades de por vida o con lesiones que no pueden curarse, pueden escoger entre sillas manuales y sillas de ruedas eléctricas portátiles, dependiendo de la clase de la enfermedad y de la necesidad en la presencia de un cuidador. Si el cuidador (como por ejemplo algún familiar o una enfermera) va a estar siempre presente, es preferible una silla manual pero fabricada en materiales de alta duración, como el aluminio de aviones, el titanio o el kevlar.
Si se trata de una enfermedad o una lesión incurable, que no requiere atención especial, se puede optar por sillas de ruedas eléctricas portátiles, pues le dan un carácter más independiente al paciente que ya de por sí, tiene que enfrentarse a vivir de manera limitada. Según sea el caso, los costos pueden llegar a variar mucho, pues en temas como el material o la tecnología, pueden aumentar significativamente la inversión, que debe hacerse según el beneficio a obtener.